En un recipiente hondo mediano bate los huevos vigorosamente; la idea es que incorpores la mayor cantidad de aire posible a la mezcla.
En un sartén de teflón pequeño derrite la mantequilla a fuego medio-alto, hasta que deje de burbujear. Mueve el sartén en círculos para que la mantequilla cubra toda su superficie interior.
Vierte los huevos al centro del sartén y baja el fuego; de esta manera, el huevo empujará la mantequilla hacia las orillas y esto evitará que se pegue.
Con una espátula de silicón mueve los huevos, cuidadosamente, de un lado al otro del sartén, mientras comienzan a solidificarse. Si voltear ni revolver, continúa desplazando de un lado a otro los huevos hasta que estén cocidos por completo, por unos 3 minutos.
Retira del fuego inmediatamente, sazona con sal y pimienta al gusto, si así lo deseas, y sirve.
Notes
Huevos: Cualquier tamaño de huevos funciona; si son más grandes, tendrás más para comer y compartir.
Mantequilla: Esta receta de huevos revueltos necesita mantequilla pero siéntete en la libertad de sustituirla por aceite de olivo, una capa generosa de aceite para cocinar en aerosol, mantequilla clarificada o, incluso, un poco de grasa de tocino. Cualquier tipo de grasa mantendrá el huevo separado del sartén y permitirá que se deslice.
Porciones: Esta receta rinde 2 porciones, de 2 huevos revueltos cada una.
Prepara antes: Los huevos revueltos se disfrutan más hechos al momento.
Almacenamiento: Sin embargo, puedes refrigerar las sobras, guardadas en un recipiente cerrado, por 3 o 4 días.
Congelador: ¡Los huevos revueltos pueden congelarse! Deja que se enfríen primero; luego guárdalos en un recipiente que sea adecuado para congelar, identifícalos con una etiqueta donde también anotes la fecha y congélalos por hasta 2 o 3 meses. Para comer, deja que se descongelen por la noche en el refrigerador y caliéntalos en el microondas. También puedes congelar huevo crudo, mientras sea sin cascarón.