Prende la hornilla de la estufa de gas a fuego alto. Con pinzas de metal, coloca los chiles directamente sobre la flama hasta que la piel comience a carbonizarse y se formen ampollas, pero no dejes que se haga ceniza. Voltéalos ocasionalmente, unos 2 o 3 minutos. O ásalos sobre carbón muy caliente o una parrilla de gas entre 3 y 5 minutos.
Transfiérelos a un recipiente hondo y cúbrelo bien con plástico de cocina. Deja que la piel comience a desprenderse y espera a que la temperatura baje para poderlos manipular con las manos, unos 10 minutos.
Con guantes o una toalla de cocina, quita cuidadosamente la piel carbonizada. Deja el tallo y las semillas intactos si así lo requiere tu receta; si no es el caso, quítalos.
En el horno con la función para asar (broil):
Coloca la rejilla del horno tan cerca como sea posible a la fuente de calor (arriba) y precaliéntalo a la temperatura más alta. Cubre una charola de hornear con papel de aluminio para facilitar la limpieza. Acomoda los pimientos o chiles en una sola capa sobre el papel de aluminio.
Ásalos hasta que la piel se carbonice y se le hagan ampollas pero sin que llegue a hacerse ceniza, volteándolos seguido, entre 5 y 10 minutos.
Transfiérelos a un recipiente hondo y cúbrelo bien con plástico de cocina. Deja que la piel comience a desprenderse y espera a que la temperatura baje para poderlos manipular con las manos, unos 10 minutos.
Con guantes o una toalla de cocina, quita cuidadosamente la piel carbonizada. Deja el tallo y las semillas intactos si así lo requiere tu receta; si no es el caso, quítalos.
En el horno:
Precalienta el horno a 400 ℉. Cubre una charola de hornear con papel de aluminio para facilitar la limpieza. Acomoda los pimientos o chiles en una sola capa sobre el papel de aluminio.
Hornea hasta que la piel se carbonice y se le hagan ampollas pero sin que llegue a hacerse ceniza, volteándolos ocasionalmente, entre 30 y 40 minutos.
Transfiérelos a un recipiente hondo y cúbrelo bien con plástico de cocina. Deja que la piel comience a desprenderse y espera a que la temperatura baje para poderlos manipular con las manos, unos 10 minutos.
Con guantes o una toalla de cocina, quita cuidadosamente la piel carbonizada. Deja el tallo y las semillas intactos si así lo requiere tu receta; si no es el caso, quítalos.
Saca las semillas para rellenar el chile:
Con un cuchillo pequeño, parte cada chile a lo largo, del tallo a la punta. Deja sin cortar 1.5 cm tanto arriba como abajo. Deja el tallo intacto y saca las semillas y las membranas (este proceso también se conoce como “desvenar”). Limpia el chile por dentro con una toalla limpia húmeda y seca bien.
Para cortar el chile en rajas:
Corta cada chile a lo largo y ábrelo para que quede completamente plano. Corta el tallo. Desprende y saca las semillas y las membranas. Corta en tiras a lo largo o pícalo como desees.
Video
Notes
Pimientos vs. Chiles: Los pimientos y los chiles en realidad pertenecen al mismo género, Capsicum. Sólo que, convencionalmente, les llamamos “chiles” a los que pican: jalapeños, serranos, habaneros, etcétera, y “pimientos” a los que son dulces. La palabra “pimiento” se relaciona, de hecho, con la pimienta, porque Cristóbal Colón creyó que los chiles pertenecían al género Piper. Pero estaba equivocado. Este proceso sirve para asar tanto chiles como pimientos.