Esta receta clásica de spaghetti con albóndigas es perfecta para una comida sustanciosa y reconfortante en familia. Un bocado de este platillo te transportará a un típico restaurante italoamericano del Medio Oeste norteamericano.
1rebanada de pan blanco para sándwich (ver nota 1)
1libra decarne molida (ver nota 2)
1/4 taza dede queso parmesano rallado y un extra para servir
1cebolla medianapicada finamente (ver nota 3)
1cucharada deperejil fresco picado
1/4 cucharada deorégano seco molido
1cucharadita desal
1/2cucharadita depimienta negra recién molida
2cucharada de aceite de olivo
Ingredientes para la salsa y la pasta
3cucharadas deaceite de olivo
3dientes deajo pelados y machacados
1lata (28 onzas) dejitomate molido
1 lata (14.5 onzas) dejitomates en cubosin colar
1cucharadita deazúcar granulada(opcional, ver nota 4)
1/2 cucharadita dealbahaca seca
1/2cucharadita deorégano seco
1libra despaghetti para servir(ver nota 5)
Perejil frescopicado, para adornar
Instructions
Para hacer las albóndigas:
En un recipiente hondo grande, mezcla el huevo, la crema y el pan. Machácalos hasta formar una pasta uniforme. Añade la carne molida, cebolla, perejil fresco, orégano seco, 1 cucharadita de sal y ½ cucharadita de pimienta.
Con una espátula de hule rígida o con las manos, mezcla bien. Después saca la mezcla en cucharadas copeteadas para darles forma a las albóndigas. Hazlas de 1 pulgada aproximadamente y colócalas sobre una charola para hornear.
En un sartén grande a fuego medio calienta aceite de olivo. Coloca las albóndigas y cocínalas, dándoles vuelta ocasionalmente hasta que queden doradas por todos lados, unos 10 minutos. Quítalas del sartén y ponlas en una charola cubierta con papel para hornear.
Para hacer la salsa y la pasta:
En una olla con tapa o una olla grande a fuego medio-alto calienta aceite hasta que se vea brillante. Añade los dientes de ajo y saltéalos hasta que se doren y revuelve para evitar que se quemen, de 3 a 4 minutos. Quita el ajo y tíralo.
Añade los jitomates, previamente machacados, jitomates en cubo, azúcar (opcional), albahaca y sal y pimienta al gusto (yo le pongo 1⁄2 cucharadita de sal y ½ cucharadita de pimienta).
Agrega las albóndigas a la mezcla, baja el fuego a medio y deja que hierva sin tapa hasta que los sabores se hayan mezclado y las albóndigas lleguen a los 155 °F de temperatura interna, entre 10 y 15 minutos.
Mientras la salsa hierve, pon a calentar 4 cuartos (qts.) de agua y 1 cucharada (tbsp) de sal hasta que hierva. Añade el spaghetti y cocínalo hasta que esté al dente, unos 10 minutos. Cuela bien la pasta.
Sirve la pasta con la salsa y las albóndigas. Puedes agregar queso parmesano rallado, si lo deseas.
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Notes
Pan blanco: Ésta es la clave para lograr la consistencia perfecta para las albóndigas. Para asegurar una textura jugosa y suave. Mézclalo en un puré junto con el huevo y la crema (esta mezcla se llama panade en inglés y tiene equivalentes en regiones francófonas) antes de añadir la carne molida y las hierbas aromáticas.
Carne molida: Además de carne de res, también puedes usar carne molida de cordero o de cerdo. Queda delicioso. Sólo evita carne muy magra como pavo o pollo.
Cebolla: Para evitar morder pedazos grandes de cebolla al comer las albóndigas, pícalas finamente antes de añadirlas a la mezcla de carne.
Azúcar: Este ingrediente es opcional. Yo prefiero añadir solamente una pizca, para equilibrar la acidez de los jitomates de lata. Endulza al gusto; también puedes omitir este paso.
Spaghetti: Aunque éste es el tipo de pasta más tradicional para servir con albóndigas, puedes sustituir sin problemas con bucatini, linguini o fetuccini. Evita la pasta pelo de ángel, porque es demasiado delicada para las albóndigas.
Porciones: Esta receta rinde 8 porciones de spaghetti con salsa y albóndigas de 2 onzas de pasta cada una.
Almacenamiento: Guarda las sobras en el refrigerador, en un recipiente cubierto, por hasta 4 días.
Prepara antes: Las albóndigas y la salsa pueden hacerse con hasta 3 días de anticipación (guárdalas juntas en el refrigerador). La pasta puede cocinarse, enfriarse y guardarse en el refrigerador con un día de anticipación. Enjuaga con agua muy caliente antes de verter en la salsa caliente.
Para congelar: Puedes adelantarte y hacer las albóndigas y congelarlas. También puedes hacer una doble porción, una mitad para congelar y otra para disfrutar en el momento. Forma las albóndigas, cocínalas, deja que se enfríen y colócalas alineadas en una bandeja de hornear. Métela al congelador durante 1 hora o hasta que se sientan duras. Después transfiérelas a un recipiente adecuado para congelar, etiquétalo, escribe la fecha y guárdalas hasta por 1 mes. Para calentarlas, colócalas en una bandeja de hornear, cubre con papel de aluminio y hornea a 300 ℉ por 15 minutos o hasta que se calienten por dentro.
Albóndigas al horno: Si prefieres hornear en lugar de cocinar en el sartén las albóndigas, ajusta dos rejillas, una arriba de la mitad del arriba y otra abajo de la mitad. Precalienta el horno a 400℉. Recubre dos bandejas para horno con papel para hornear. Coloca las albóndigas ya formadas en la bandeja a unas 2 pulgadas (6 cm) de distancia entre sí y hornea hasta que se doren y estén crujientes, entre 15 y 20 minutos o hasta que el termómetro de cocina marque 155℉ al interior de la albóndiga, por 15 segundos.
Para combinar: Abre una botella de vino tinto italiano o prepara una jarra de sangría y disfruta de un spaghetti con albóndigas con una focaccia caliente, una crujiente ensalada italiana y un suculento tiramisú.