Ajusta las rejillas del horno una arriba de la mitad y otra abajo de la mitad. Precalienta a 350 ° F. Cubre con papel encerado (o, si tienes, con un tapete de silicona) 2 charolas de hornear con borde.
En un recipiente hondo o bien, en un pedazo de papel encerado, cierne la harina junto con los demás ingredientes secos: polvo para hornear, canela, nuez moscada y sal. Deja aparte.
Con una batidora fija, usando el aditamento de pala, o con una batidora eléctrica de mano a la velocidad máxima, acrema la mantequilla hasta que tome un color claro y una consistencia esponjosa. Añade las azúcares granulada y mascabado, y bate hasta que la mezcla sea uniforme.
Añade el huevo y el extracto de vainilla y bate a velocidad baja hasta que se integren, bajando la mezcla de las paredes del recipiente con una espátula cuantas veces sea necesario.
Añade la mezcla de harina por partes (más o menos ¼ de taza cada vez) y mezcla a velocidad baja hasta que se integre. Añade las hojuelas de avena y las pasas, revuelve bien.
Vas a sacar una cucharada copeteada de mezcla por cada galleta. Haz una bolita con cada porción y colócala sobre la charola previamente preparada, dejando 5 centímetros de distancia entre cada una. Yo uso una cuchara especial para este propósito, de tamaño mediano, de la marca OXO y me salen 12 bolitas por charola. En total deberían quedarte 24 galletas.
Hornea hasta que las galletas se vean doradas, de 12 a 15 minutos. Transfiere la charola a una rejilla de metal y deja que se enfríen por completo.