Aprende a hacer gravy de pavo usando el jugo de la charola del pavo. Es exquisito, sin grumos, y perfecto para cubrir un puré de papas, el relleno y todo lo que esté en tu plato.
Después de retirar el pavo asado de la charola, coloca la charola con el jugo del pavo sobre dos hornillas a fuego medio-alto. Añade el caldo y deja que hierva. Con una pala, despega las partes quemadas que se hayan pegado al fondo.
Con un colador de malla fina cuela el contenido sobre un recipiente hondo grande. Retira y desecha la grasa que flota en la superficie con una cuchara grande y plana (o vierte el líquido en un separador de grasa para cocina).
Transfiere el líquido a un sartén y calienta a fuego medio-alto. Déjalo a hervir mientras, en un recipiente hondo pequeño, separas un poco del líquido y le añades maicena. Mézclala bien hasta obtener una consistencia densa, como de atole. Ve añadiendo esta mezcla al sartén gradualmente. Déjala en el fuego hasta que el gravy espese, unos 5 minutos. Sazona con sal y pimienta.
Notes
Jugo de pavo recién horneado: Si no tienes jugo de pavo horneado disponible, puedes usar en su lugar 6 cucharadas de mantequilla.
Caldo de pollo: Usa caldo de pollo o caldo de pavo hecho en casa, si tienes tiempo. Para una versión rápida de caldo de pavo, si estás horneando uno, pon a hervir el pescuezo y las mollejas mientras se cocina el ave. No uses el hígado. También puedes comprar caldo ya hecho.
Maicena: Es un truco sencillo y sin gluten para hacer un gravy perfecto.
Porciones: Esta receta rinde unas 6 tazas de gravy, suficiente para 12 porciones de ½ taza cada una.
Almacenamiento: Refrigera las sobras en un recipiente cerrado por hasta 4 días.
Lo "quemadito" añade sabor: No tires las partes doradas que se pegan al fondo de la charola después de hornear el pavo, añaden mucho sabor.
No te saltes el “atole”: Es indispensable hacer aparte la mezcla de maicena y caldo; si añades la maicena seca directamente al líquido caliente se van a hacer grumos.
Harina: Si quieres sustituir la maicena por harina, quita la mayor parte de la grasa de la charola de hornear. Añade la harina y calienta, mezclando el jugo de la charola, hasta que desaparezca el olor a harina cruda. Añade el caldo y despega las partes quemadas que se hayan pegado al fondo con una pala. No es necesario colar la grasa sobrante, simplemente vierte el gravy en un sartén y las instrucciones de la receta.
Vino blanco: Para darle un toque de acidez al gravy, añade un poco de vino blanco.
Hierbas frescas: Dale sabor a tu gravy con una ramita o dos de hierbas frescas picadas: tomillo, romero, salvia, orégano o mejorana. Añádelas con el caldo, en el paso 2.
Gravy de pollo: Para hacer gravy de pollo, usa jugo de pollo rostizado en lugar del de pavo.
Mientras se enfría el pavo: Hacer gravy es lo mejor que puedes hacer mientras dejas reposar el pavo antes de partirlo. Para cuando esté listo el gravy, ya podrás comenzar a partir el pavo.